Memoria de las Arquitectas:
El Proyecto toma como punto de partida el hecho de que el edificio en el que se actúa es Patrimonio de la ciudad en una graduación de nivel 2. Este dato de la realidad nos lleva a decidir eliminar las preexistencias agregadas en reformas anteriores para acercarnos lo más posible a la materialidad original, sincerando a la construcción y revelando la nobleza de sus materiales. Esta decisión va a definir la estética de nuestro proyecto.
En este camino, nos despojamos de todos los elementos de yeso que cubrían los elementos estructurales verticales para obtener los pilares de hierro de época, también quitamos el cielorraso de yeso para descubrir la superficie horizontal de bovedillas combinada con algunos sectores de hormigón. En este afán de sinceramiento material decidimos despojar al edificio de la mayor cantidad de capas superficiales a las que nos enfrentábamos, es así que también eliminamos pintura y revoques para encontrarnos con la nobleza del ladrillo que quedó a la vista en varios sectores de sus paramentos verticales.
Es así que luego de estas operaciones nos encontramos frente a la construcción sin maquillajes que desviaran su naturaleza original tanto espacial como material. Esta decisión marcó la estética de lo que queríamos mostrar con el nuevo proyecto, y el clima que queríamos lograr. La idea fue siempre obtener un ambiente sincero material y espacialmente, sin ninguna extravagancia en cuanto a materiales o agregados que transformaran el espacio continuo de la planta baja de la edificación. Los materiales o elementos a incorporar debían respetar nuestro concepto conductor, el de mostrar la nobleza de los materiales en sí mismos. De esta forma incorporamos la madera como el material principal. Dicho elemento fue utilizado para distintos destinos. La idea primaria fue dejar la madera en su estado más puro, con apenas una protección incolora.
Con respecto a la espacialidad de la construcción tomamos decisiones formales que nos permitieran obtener una configuración de un espacio mayoritariamente continuo y fluido, manteniendo esta característica del edificio original, con variaciones espaciales dentro del espacio único.
En este sentido se decide atrasar la fachada de la línea del predio, dejando un espacio abierto pero techado, definiéndose este espacio como de transición entre la agitada peatonal Sarandí y el salón interior del restaurant. Luego, en el interior se logran las diferentes calidades espaciales incorporando elementos de división del espacio como los separadores de varillas de madera. Estos elementos no podían convertirse en elementos pesados, se procuró mantener cierta transparencia entre los sectores delimitados, y se acotó su altura para no generar divisiones tan marcadas del espacio. A su vez el mobiliario en sí también nos permitió generar distintos sectores dentro del gran espacio.
La elección de las luminarias, que son diferentes según las distintas zonas del restaurant, colabora en la configuración de sectores con distintas calidades espaciales dentro del todo. Lo que se busca, es ofrecer distintos espacios en donde el cliente pueda apropiarse de una porción del espacio global, optando por el sector con el que mejor se identifique.
Se ofrecen además espacios en donde la relación visual entre comensales, y, entre clientes y el espacio construido va variando, y, se deja abierta la posibilidad de una comunicación en distintos niveles entre los clientes. Así es que la primer zona queda definida como de amplia relación visual entre los clientes en la mesa comunitaria, luego el nivel de relación en términos de proximidad va disminuyendo en el sector de mesas y sillas y se pasa al nivel de menor relación en los boxes de madera.
La idea es no imponer una sola forma de sentarse, de comunicarse visualmente con la gente y con la arquitectura, o un solo tipo de espacio. Se trata de ofrecer un abanico de posibilidades para que el usuario pueda apropiarse y relacionarse de manera sincera con la arquitectura que lo envuelve, permitiendo distintos tipos de relaciones usuario–‐arquitectura. Por m_arquitectas
PLANOS TÉCNICOS
REFORMA DE RESTAURANT 1792, CIUDAD VIEJA, MONTEVIDEO
Proyecto y Dirección de Obra: Arq. María Inés Burghi, Arq. Natalia Macedo, Arq. Natalia Silva
Área: 400 m2
Fecha: 2015
Imágenes: Gabriella Pallares, Restaurant 1792 y m_arquitectas cedidas por el estudio m_arquitectas
arquitectura celeste 
me encanto, felicitaciones
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